Una actitud positiva ante la vida, ante uno mismo y ante los demás contribuye a nuestro bienestar tanto físico como mental.
Pensar en positivo te hace sentir bien pero además hacer sentir bien a las personas que te rodean, la positividad, el optimismo y la alegría son contagiosos.
Con una actitud positiva, no solo conseguirás que las personas que tienes a tu alrededor se sientan mejor a tu lado sino que les contagiarás tu espíritu.
De la misma manera los pensamientos y actitudes negativas también actúan como un virus en expansión contagiando en primer lugar, pensamiento tras pensamiento, hasta conseguir apoderarse totalmente de tu mente, y en segundo lugar expandiéndose a tu exterior afectando tus relaciones con los demás. Y por consiguiente haciéndote tremendamente infeliz.
A veces simplemente tienes que tomar la decisión de ser feliz.
¿ Por que no lo intentas ?
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